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CARTAS DE LUCIA A VENTURA

Playa de Baracoa, abril 5 de 1960

Sr. Ventura Luis

La Lisa

Amado Ventura: 

Con todo cariño te saludo en el nombre de Jesús y pido en tu favor te sientas bien en compañía de los demás; yo bien, gracias a Dios, aunque no muy contenta, pues imagínate como viene todo.

Ayer, cuando estaba comiendo, llegó Pepe y me puse de lo más contenta porque pensé que de seguro tú me escribías con él, pero pasó un rato, y entonces unos minutos antes de irse me entregó tu cartica y no me dio tiempo, nada más pude leerla y enseguida se fue. Yo pensé que Pepe estaba bravo conmigo, o disgustado con alguien.

Mi vida, a lo mejor habías pensado que no te escribí porque no quise, pero Dios sabe que no fue culpa mía. Si tú supieras todo lo que he sufrido en estos días; tú no eres capaz de imaginar mi dolor, pues pienso que estando yo tan cerca del ser que más amo en el mundo, y no puedo verlo. El domingo todos estaban contentos, pero yo creo que a mí se me notaba en el rostro la tristeza; cuando vi que todos estaban en la mesa comiendo y no podía verte, me daban deseos no sé ni de qué.

Amor mío, cuando leí tu carta me quedé confundida, sin saber que quería decir aquello. Yo quiero que cuando tú tengas un sueño o algo me lo digas en la misma carta, pues me he sentido muy mal después que leí tu carta pensando ¿qué será? Yo estoy orando como me dijiste para que Dios demuestre lo que es.

Sinceramente te digo que yo me hubiera alegrado no haber venido aquí, pues he sufrido mucho en estos días pensando tanto en ti, y con tantos deseos de verte y sin poder.

Yo tengo muchas cosas que decirte, pero no por carta. Si te viera hoy tendría muchas cosas que preguntarte, pero por carta no me gusta. Yo sé que muchas veces no entiendes lo que te digo en mis cartas, pero bueno, con el tiempo me comprenderás mejor, si Dios quiere, ¿verdad?

Óyeme. Creo que mañana, si Dios quiere, vamos para Jovellanos, así es que puedes escribirme a Matanzas, pues yo pienso que estaremos, Dios mediante, en Matanzas trabajando en la semana santa. El día 11 van a celebrar el Día Continental de la Juventud, así es que estaremos varios días.

Dime como te sientes de salud, y si ya no te dan esos fuertes gripes que te daban antes. Yo gracias a Dios, ya me siento bien de mis males.

Te diré que anoche celebramos el culto del Día Continental aquí y fue todo una bendición. Me mandaron a mí a predicar y el mensaje lo recibí estando en el sacrificio. Recibí estas palabras: “Los sinceros permanecerán con Dios”. Y Dios me usó grandemente.

Dime si tienes mucho éxito en La Habana; yo pienso que sí. Yo estoy orando a favor de ustedes con carga; quiero que ustedes también lo hagan a favor nuestro.

Mi vida, tú me dices que si yo supiera tus apuros te perdonaría; tú sabes que siempre te perdono, y además, pienso que tú nunca me das motivos para que yo te perdone, y yo sé tu lucha ardua.

Dile a Pepe que si está bravo conmigo que me perdone, que estoy dispuesta a humillarme si le he ofendido.

Dale mis saludos a todos los hermanos en ésa, y tú recibe el cariño de tu novia que te quiere con todo el corazón y desea más verte que escribirte,

Lucía González de Luis 

 

Mándame el sueño para saber que es. Te mando ese globito para que lo tengas de recuerdo. Adiós mi vida.